El cloro de las piscinas puede resecar mucho nuestra piel, puede producir irritaciones cutáneas ocasionadas o en ocasiones agravadas por el cloro. Afecta con mayor frecuencia a bebés, ancianos y pacientes con enfermedades cutáneas.
Para intentar evitar estos problemas lo más recomendable es ducharse al salir de la piscina o baño y lavarse con un buen gel y emplear una buena crema hidratante. Los efectos del cloro también se dejan ver en el cabello, este se vuelve áspero, quebradizo y de color más apagado.
Estos efectos pueden mitigarse empleando un spray protector y tratamientos capilares hidratantes.
Si quiere consultar cómo prevenir estos efectos en el Centro Dermatológico Dr. Javier Bassas estaremos encantados de atenderle y aportarle consejos relacionados con el cloro en la piel.